¿Existe la izquierda en Chile?

 


¿Como se reconoce a la izquierda de los últimos treinta años? 

Se tiende a pensar que la izquierda se puede identificar  a partir de la "justicia social" que es capaz de instalar, por su capacidad de "igualar la cancha" y posibilitar "un Chile para todos" con una "vida digna".  La  izquierda sería una dadora de presentes destinados a "los más pobres", "los pobres", "los ciudadanos", "la  ciudadania" , "los electores" incluso reconoce " los cuerpos y las cuerpas", "los, las y les...compañere" incluso algunos advierten una relacion  entre "el avance"  del comunismo y el movimiento por los derechos sexuales y de género, entre los derechos humanos y la izquierda, entre El Estallido del 2019 y el socialismo, entre escribir constituciones y la izquierda. 

Al parecer la izquierda ha gozado de buena salud. 

¿Pero si cambiamos la forma de identificar a la izquierda? 

Pensemos que una primera forma de identificar a la izquierda sería medir su capacidad de modificar el sistema económico  con el fin de  favorecer a "los más pobres", "los pobres", "los ciudadanos", "la  ciudadania" , "los electores" y " los cuerpos y las cuerpas". Se puede sostener sin lugar a dudas  que, desde 1990,  la distribución de la riqueza, que es una forma concreta de distribución del poder, no se ha modificado y en el mismo periodo de tiempo  Chile ha sido gobernado, fundamentalmente,  por la centro izquierda. 

Más allá del argumento acerca de no haber existido condiciones concretas  que permitieran cambios sustantivos lo cierto es que, en términos de resultados,  la concentración de la riqueza, y por ende del poder no sólo no se ha modificado sino que se ha concentrado aun más. El poder efectivo, real,  continúa en las manos de los más ricos de Chile y en la medida que se desciende en la escala social el poder es decreciente llegando  prácticamente a cero entre la clase trabajadora y al  cero absoluto entre los más pobres. 

Otra forma de identificar a la Izquierda Chilena sería preguntándose  ¿A quien le habla la izquierda, a quien desea cautivar? 

Ya lo sabemos, le habla a "los más pobres", "los pobres", "los ciudadanos", "la  ciudadania" , "los electores" y " los cuerpos y las cuerpas", y para lograr seducirlos pone su atención  en el  cuidado animal, en la protección del medio ambiente, y en muchos otros temas y otras demandas que no dejan de ser específicas. Grupos y tribus, fragmentos dispersos de una sociedad en que se jubila con menos de la mitad del sueldo mínimo, pero esta izquierda obstinada desea ser postmoderna  y se lanza sobre las identidades frágiles y cambiantes en una sociedad donde el sueldo mínimo es de 481 dólares frente, por ejemplo,  a los 1.235 dólares de España. 

En otras palabras, la izquierda no representa, se representa un país donde el problema es el consumo y no el ingreso. 

Una tercera forma de caracterizar  a la izquierda sería poder, a grosso modo, identificar a quienes forman parte de ésta izquierda, ¿En qué lugar de la escala social se encuentran? Si consideramos sólo a los   llamados partidos de   izquierda como el Partido Socialista, Partido Comunista,   Partido Humanista y Frente Amplio. Resulta que en el  conjunto de estos partidos se agrupan sectores de clase media, profesionales y técnicos, vinculados a la economía que genera el Estado y un sector de profesionales, académicos, artistas, que en conjunto llamo la clase media ilustrada

La Clase Media Ilustrada lee  Ciper y el Mercurio, escucha la Voz de los que Sobran y se inscribe en los Seminarios de la Cosa Nostra, se alarma con Kast, los republicanos y el facismo y piensa, muy  en el fondo  y no tanto, que la gente es ignorante y por eso no entiende el progresismo. 

La izquierda Chilena de los últimos treinta años no es izquierda, es progresismo, que es la  expresión política de la clase media ilustrada golpeada por la dictadura, autoconvencida del "derrotamos a la dictadura con un lapiz",  convencida del fin de la historia y el termino  de los metarelatos. Y con la profunda convicción de que a los trabajadores y a los pobres  se les debe ayudar pero sin que estos tengan poder real para opinar al respecto, por eso este progresismo  no se vincula en terminos horizontales con nosotros.  Trabajadores y pobres somos un objeto, no un sujeto. 

El progresismo rara vez trae a la luz  la relación antagónica  que se construye entre los trabajadores y "el rico". Entre el capital y el trabajo.  Aunque  en el capitalismo los trabajadores son esenciales para el enriquecimiento del país. Como lo demuestra el sistema de AFP. 

 No le hablan a los trabajadores, le hablan "a la gente", a esa masa informe que nunca ha existido. El progresismo no quieren discutir  con los trabajadores  sobre si es mejor subir el sueldo mínimo o  rebajar las  de horas de trabajo. El progresismo ya tomó una decisión, en  Europa bajan las horas de trabajo, entonces en Chile se bajan las horas de trabajo pero dandoles a los empresarios garantias y la flexibilidad laboral que ni el difunto Sebastian Piñera hubiera soñado, y todo ello envueltos en la bella sonrisa de Camila Vallejo mientras atrás ondea la bandera de las herramientas que ninguno de ellos a usado jamás. 

 El progresismo no reconoce que existen cuatro centrales de trabajadores en Chile,  sólo parlamentan con una central de trabajadores que parece más en sintonia con este progresismo hasta que es necesario disciplinarla con institucionales bastonazos  policiales. Esto no es nuevo todos, absolutamente todos los gobiernos  de centro izquierda han tenido una marcada tendencia a establecer políticas públicas  para favorecer la acción represiva de la policía  y de los  militares como forma de resolver problemas políticos o sociales.

La izquierda Chilena no existe.


La izquierda chilena no existe. Existe una expresión política de la clase media-alta que podemos comprender como progresismo  como también, la misma clase media-alta contiene otras expresiones  más conservadoras   pero que, en conjunto,  intentan disputar espacios de poder a los más ricos, al verdadero poder con fines de maridaje más  que de confrontación.

La izquierda Chilena no existe pues no intenta romper la distribución del poder, no le interesa que los trabajadores, como clase,   pueda aspirar a la disputa del poder. Los trabajadores no  pueden, ni deben entrar en escena. A menos que sea como receptores de beneficios o una masa que protesta demostrandole a los amos de Chile  que este progresismo de clase medial-alta es necesario y debe ser financiado. 

¿Existe otra izquierda?

Si y no. Existen una amplia diversidad de grupos, movimientos, partidos, coordinadoras, redes, colectivos que se declaran  anticapitalistas o al menos están por la transformacion efectiva  del sistema. Pero su peso real en el escenario político nacional es tan marginal  que, para efectos prácticos, no existen. Y en gran parte su no protagonismo se basa en su incapacidad de reunirse bajo un mismo techo, utilizando conflictos historicos, teoricos, imaginados, fabulados y perpetuados para salvar una parcela pequeña,  un algo propio donde "sus" ideales -que son los unicos verdaderamente consecuentes- puedan desplegarse. Su inexistencia se vio reflejada en el nulo protagonismo que tuvieron en octubre del 2019 como potenciales conductores del movimiento y en que después de cuatro años de la Rebelión Popular del 2019 el panorama de esta izquierda de nicho es el mismo.

¿Podría existir una verdadera izquierda?

Los términos izquierda y derecha están vacíos. No porque estemos en un mundo liquido, todo lo contrario, el orden mundial se basa más que nunca en luchas de poder. Y en estas luchas no existe un territorio, un Estado, una red internacional que esté constituida por trabajadores y para los trabajadores y aún así el poder necesita someter a los trabajadores. Esto lo  expresó claramente Warren Buffett cuando dijo: 

"Hay una guerra de clases, de acuerdo, pero es la mía, la de los ricos, la que está haciendo esa guerra, y vamos ganando".

Una izquierda que no tome en cuenta la clase como elemento aglutinante y la lucha de clases como prisma para comprender la política nacional, solo puede aspirar a convertirse en progresismo y componendas. 

La pregunta legítima no es si ud. es de izquierda o derecha sino ¿En qué lugar de la estructura social se encuentra?. Si ud cree que es clase media mejor piénselo bien. 

El resurgimiento de una izquierda de trabajadores y por los trabajadores no  puede darse como  objetivos  el anticapitalismo a secas y la revolución como  un sueño final. Hemos retrocedido más de cien años, prácticamente el nivel de conciencia, de derechos  y de poder de los trabajadores está en 1924. Por lo que debemos aspirar a construir un país donde los trabajadores  dejemos de ser pobres, dejenos de ser  objetos y podamos ser sujetos. Una patria  donde los trabajores  no seamos el personaje humorístico de la telenovela, donde en las noticias no seamos los unicos delincuentes, para que en el deporte no  seamos solamente futbolistas, para que en política   no seamos solamente los encapuchados, para que la educación no termine en un Uber. Una patria donde los trabajadores y trabajadores puedan planificar su vida y la de su familia más allá del trabajo ocasional, estacional, por faena, con boleta, donde no sea siempre el obstáculo para el crecimiento. 

Debemos dejar de ser la construcción ideológica, cultural y politica de otros que no somos nosotros. 

¿Como lograrlo? O ¿Que hacer? Es tema para otro artículo. 



 


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